Ejercicios de Concentración, la utilización de los aromas

 

Imágenes: Internet Google

Julia Vásquez

En el capítulo V de Las llaves de tu Reino, el padre Dávila nos habla sobre la Utilización de los Aromas.

La palabra aroma tiene algunos sinónimos: perfume, fragancia, bálsamo, esencia, olor, efluvio. Uno de los sentidos más poderoso es el olfato, millones de sustancias están suspendidas en el aire dando origen a los olores que percibimos, la naturaleza está llena de olores agradables y desagradables. Los aromas se componen de oxígeno, nitrógeno y azufre, al percibir un olor las moléculas entran por la nariz y la boca, forman una estructura que para ser percibida debe tener un bajo peso molecular, es decir debe ser volátil. 


¿CÓMO DISTINGUIR LOS AROMAS?

El olor llega a la mucosa nasal y luego pasa por el epitelio olfatorio, la parte del cerebro donde es percibido ha interpretado, para luego localizarse en la región cerebral llamada lóbulo frontal donde se localizan las estructuras cerebrales capaces de reconocer las moléculas que transportan información para el sistema límbico donde se puede sentirlo.

Algunos aromas procedentes de las plantas: frutas, maderas, flores, incienso, mirra, etc., son procesados mediante destilación, al vapor, maceración y otros métodos, para ser transformados en aceites esenciales y perfumes para beneficio del ser humano. La aromaterapia se utiliza para curar enfermedades menores, aliviar el estrés, equilibrar las energías y emociones, limpiar el aura de las personas, así como mantener los ambientes puros y libres de bajas energías. Los aromas también nos transportan al pasado y nos recuerdan a personas o lugares que hemos conocido.

Los aromas han sido utilizados desde hace más de 3500 años. Se empleaban en los cultos y rituales religiosos; probablemente se utilizaron primero en la China para embalsamar los cuerpos, luego siguieron esta costumbre los egipcios, los sabios de Oriente Medio, sabios americanos para luego introducirse a Europa por los romanos.


Cuenta el padre Dávila que “el Faraón Ramsés III ofreció en el templo 62 ánforas de incienso blanco y 307.905 medidas de incienso y otras especies olorosas de bálsamo suave y bálsamo rojo. La liturgia hebrea, empleaba en el culto a Dios los perfumes que simbólicamente representaban a Dios omnipresente. Mientras los israelitas iban por el desierto camino de la Tierra Prometida, Yahvé ordenó a Moisés que hiciera un altar cubierto de oro purísimo, de forma cuadrada, de dos codos de altura y que lo colocara delante del velo que ocultaba el Arca del Testimonio y el Propiciatorio, que está sobre el testimonio… Ordenó que Aarón quemara incienso todas las mañanas al preparar las lámparas. Dispuso también que perpetuamente se quemara el incienso ante YAHVÉ y que no se ofreciese ningún perfume profano, e hizo la advertencia solemne de que el altar de los perfumes es santísimo. La Iglesia Católica quema incienso como homenaje de adoración a Dios en los actos más solemnes de su liturgia… Usa el Santo Crisma que es una mezcla de aceite de oliva con bálsamo y algunas hierbas aromáticas. En las escuelas iniciáticas se utiliza el fuego en el que se quema incienso para las iniciaciones como acto de culto a Dios y recomiendan a sus discípulos el uso de perfumes y esencias en sus prácticas.”

Por todo lo dicho por el padre es aconsejable utilizar: aceites esenciales, velas aromáticas, incienso en nuestras prácticas de concentración y meditación porque nos ayudan a elevar nuestros estados de interiorización. Los aromas tienen la capacidad de llegar a los tres cuerpos: físico, mental y astral.






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