El sonido y su poder
PRÁCTICAS DE CONCENTRACIÓN
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Algunas tradiciones atribuyen al sonido y a su poder,
como la primera manifestación de la existencia.
San Juan nos dice, que primero fue la Palabra, el Verbo, el mundo existe a
través del Verbo y
el Verbo es la Palabra. Es decir, el lenguaje se
manifiesta a través de sonidos.
El sonido
se forma por frecuencias que son percibidas por los humanos. Pero sobre y bajo
ellas, existen millones de vibraciones más sutiles que no las percibimos y que
constituyen todo el universo, con sonidos estelares, solares de nadis, chakras,
sonidos internos del cuerpo humano, átomos, nervios, neuronas, etc., etc. A estos
sonidos se los llama ultrasonidos porque son muy sutiles.
El primer sentido que se desarrolla en el feto es el oído, quien es capaz de escuchar la voz de su madre a pesar de estar en un medio acuoso, estos sonidos constituyen la base del futuro lenguaje; y curiosamente el sentido que se extingue finalmente en un moribundo, es el oído. No es de extrañarse entonces que existan tradiciones en las que se acompañan al difunto con música, como en el caso de la cultura tibetana.
Otros mantrams de mucho poder son: HONG SOO, AMÉN, OM. La resonancia del sonido eleva a la mente al plano trascendente, y para ello la práctica es fundamental.
PRÁCTICA DE LOS SONIDOS
Es una costumbre oriental escuchar música para las
prácticas de concentración, ya que a través de las notas musicales se entra en
sintonía y se eleva o desciende las vibraciones.
La música libera al alma de las ataduras del mundo
físico y nos transporta a un mundo ideal. Por eso se debe procurar escuchar música
agradable, seleccionada, para identificarnos con las notas que nos conducen a
la paz, alegría y optimismo;
se debe evitar música que nos estresa y deprime. La música es un lenguaje
universal, es un puente que nos conduce de lo finito a lo infinito.
Recomendaciones para la práctica:
- Seleccione y destine un lugar y un momento tranquilo,
en lo posible confortable, alejado de ruidos y distracciones.
Ponga su cuerpo con una postura adecuada, puede ser
sentado en el piso
o en una silla, manteniendo la columna recta, el cuerpo relajado y los ojos
cerrados.
- Preste toda su atención a los sonidos más cercanos,
puede ser el gorjeo de un pájaro, la lluvia, el ladrido de un perro, un auto, una
moto, en fin, lo
importante es concentrarse en los sonidos, intensificando el sentido auditivo y
acallando a los demás. Atienda y
disfrute de la percepción de ellos.
- Ahora concentre su atención en el sonido más lejano,
escúchelo por un lapso de 5 a 8 minutos sin atender a los sonidos cercanos.
- Ahora deje de escuchar, y con la misma quietud y concentración perciba
su vibración como si fuera un eco interno.
- Se recomienda repetir el ejercicio dos o tres veces a la semana, a fin de disciplinar y sensibilizar nuestro oído.
PRÁCTICA
CON LA MÚSICA
Es recomendable
acostumbrar al oído a escuchar música clásica, cada persona debe seleccionar la
música y los autores que sean de su grado. Escoja un concierto y escúchelo en
forma general, es decir sin prestar atención a ningún instrumento en
particular, sino escuchar la obra en su conjunto. Luego identifique el instrumento cuyo sonido le
resulte más agradable y dele seguimiento atento, hasta finalizar el concierto.
En otro momento investigue cuál es el instrumento que seleccionó, su nombre y
su historia. Repita este ejercicio hasta conseguir escuchar e identificar
claramente al instrumento seleccionado por sobre los demás.
Se dará
cuenta de que la música le relaja y tranquiliza, a la vez que va adquiriendo
progresivamente destreza auditiva. Las vibraciones que emanan de las notas
musicales, elevan nuestra vibración y nos transportan a planos trascendentes.
Incluso,
se sabe hoy que se curan algunas enfermedades, especialmente de tipo nervioso,
a través de la músico-terapia. Ya en la Biblia se menciona que Saúl
se curaba de su perturbación mental con la música del arpa entonada por David, el pastor.

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