Semana Cultural en Centro de Cuenca
Antes de nada quisiera recordar a ese gran maestro
el padre Dávila, que es el que nos ha traído aquí, que ha sido un soporte para
la tradición del Yoga en el Ecuador y obviamente en toda América latina, y en
el mundo también.
Cuando uno es joven tiene muchas deseos de
conocer la India y a estos grandes yoguis, maestros de los Himalayas, esos rishis
de pelo largo y que nos atraía todo ese
misterio de la India.
En el Ecuador el Padre Dávila, no tenía la barba
y el pelo largo de un rishi, no se vestía de túnica. Uno quería ese yogui de
los Himalayas, ese rishi, y teníamos aquí a nuestro maestro que era un
sacerdote, sobrio, como una persona común y corriente, pero eso a los ojos físicos,
los ojos humanos, cuando no teníamos la capacidad de trascender, y de ver esa
parte más profunda de quien era verdaderamente el Padre Dávila. Y a cuantos de nosotros eso se nos reveló con
el tiempo. Estuve convencido de que era un auténtico maestro, un auténtico
iluminado, y era realmente maravilloso poder compartir con él, escuchar sus enseñanzas
y sentir su poderosa vibración. Aun así,
uno tiene la ilusión de viajar, de conocer, de ir a los Himalayas.
Recuerdo que llegó al Ecuador en 1996 este yogui tan querido, este Bhakti Shadu Maharaja
un gran gurú, un gran yogui, que el Padre Dávila le conoció aquí en el Ecuador.
Le llevé a hacer un trámite al Consulado de Estados
Unidos. Era un rey, un gran yogui, tenía una vibración poderosísima; y le digo:
Quiero conocer e ir a la India. Él me dice: ¿para qué quieres ir a la India? -Quiero contactar con esos grandes
yoguis, gurús. Y él me dice: Grandes gurús. Un gurú como el padre Dávila, de ese nivel, es sumamente
difícil conseguir incluso en la India. Yo no he encontrado un ser con tanto
amor y tanto poder que convivan en un cuerpo, ¡es casi IMPOSIBLE! ¡Si tienes
uno de los más grandes gurús de la tierra, aquí! -Me quedé profundamente
inspirado.
Primero quiero honrar a nuestro maestro, aunque
no vivió en los Himalayas, vivió en esta Cordillera de los Andes, su Himalaya era su presencia. Nosotros
no tenemos nada que envidar, a los discípulos de los maestros del Himalaya,
porque hemos tenido a un gran Maestro del Himalaya, siguiendo la tradición de
Babaji y los maestros.
Los Himalayas han sido por tiempos inmemoriales,
por milenios, el hogar de grandes maestros, de grandes yoguis; y es en las
cuevas monásticas, en donde se forman estos grandes maestros que nos traen sus
conocimientos para la humanidad. Los Himalayas son la casa monasterio, aunque
no son monasterios en el contexto que tenemos en Occidente, son auténticos
monasterios en donde se forman, en donde se forjan los grandes yoguis, los
grandes espíritus. Luego bajan del Himalaya y nos traen este conocimiento,
legando a la humanidad.
Todas las grandes religiones, todas las grandes
enseñanzas de las cuales hemos llegado a tener conocimiento, han nacido en los
Himalayas. Un maestro iluminado es tener muchos discípulos, a uno le inicia en una
técnica y a otro otra práctica, se va el uno con esa técnica y desarrolla una escuela;
igualmente enseñan diferentes técnicas. Pero los grandes monasterios del Himalaya
conocen todas las técnicas y métodos, y eligen distintos canales para que
enseñen a través de distintos maestros; y así se crean diferentes linajes como distintas
tradiciones que son como vertientes, y es así como nacen el Yoga de los
Himalayas. Hasta el día de hoy sigue
siendo el hogar para los yoguis y shadus.
En la Autobiografía
de un yogui nos dice, que si tenemos el deseo profundo de conocer a
Mahavatar Babaji, de tener este contacto, lo podemos encontrar. Si Babaji se quiere presentar puede hacerlo en
la India, o puede hacerlo en Cuenca-Ecuador, o cualquier lugar, y podemos verle. Él es el regente, el
principal maestro de los Himalayas.
Hay cuatro santuarios védicos que son las puertas
de entrada a las cuevas del Himalaya: YAMUNOTRI, GANGOTRI, KEDARNATH,
BADRINATH. Son centros de meditación importantísimos en donde han vivido
grandes yoguis. El pueblo de Gangotri es
muy peculiar, es en donde comienza el Ganges, es también el hogar de muchos
yoguis: El 70% de la población es de renunciantes, es en donde comienza el Ganges,
la ría o madre Ganga.
SWAMI SUNDARANAD
Tenía un interés
particular de llegar a Gangotri, porque quería conocer a un swami del cual
había tenido noticia y me llamaba la atención. La primera vez que lo vi lo
escuche describir distintos conceptos de yoga, de meditación, y tenía no solo
la convicción sino la fuerza de la experiencia.
Uno de esos grandes yoguis de los Himalayas es
Swami Sundaranad, que le visitamos en su kutir (su cabaña es como sacada de un
cuento de hadas). Tiene las fotos de su maestro y una cantidad de fotografías
del Himalaya, impresionantes. Este yogui no solamente es un meditador, tenía un
dominio sobre la ciencia del Hatha Yoga,
además dominaba los pranayamas más importantes y los kriyas. Tenía un apodo el Swami del clic, era un fotógrafo profesional de altísimo nivel, montañista,
había caminado y escalado los picos más altos del Himalaya, al cual ningún
montañista había llegado, como a cuevas donde nadie ha ido. Se conocía el Himalaya
como nadie, los picos más altos del
Himalaya, fueron capturados por el lente de esta shadu, Tiene un libro El Himalaya a través de un sadhu. Unas fotografías del Om natural,
perfectamente hecha, con pigmentos rojos sobre el amarillo, y luego en el cielo
el Om se había dibujado. Él decía, en el
Himalaya la conciencia divina de Dios se manifiesta, y la naturaleza toma esas
formas divinas.
Indicaba el swami que el pranayama es sobre todo
una técnica para purificar todas los nadis. Previamente hemos venido guardando distintas impresiones, lo que en Yoga se
llama samskaras, que se han grabado en nuestro cuerpo, mente, que han definido nuestros
patrones de conducta, nuestras carencias, todo este mundo psíquico, del
inconsciente, y luego del subconsciente que luego se transfiere al consciente y
están bloqueando el flujo de los nadis y nuestra claridad de visión. Esos
bloqueos deben ser purificados. El purificar esos nadis no es sencillo, Ida, Sushunma, Pingala están bloqueados, lo que queremos es
purificarlos.
Nos maravillamos del sol, de la luna, y no tienes
idea de tantos soles, y tantas lunas, mundos, universos y tantas galaxias que
trascienden a este universo físico. Y da una explicación extraordinaria de como un pranayama nos permite tener acceso
a verles. Deja muy claro de que primero es la asana luego el pranayama, esto no
es un fin en sí mismo sino simplemente un paso a Pratyâhâra, que tampoco es el
fin, simplemente para llevarnos a la concentración y la meditación.
Swami Sundaranad nació al sur de la India. Cuenta
que de muy niño se sentía muy inspirado en las obras de teatro de Bhakti, inspiradas en el Ramayana, en el Bhagavad
Gita, inspiradas en la historia de Krishna, que le tocaron profundamente el
corazón. A los 20 años de edad decide dejar su casa e irse. Después de algún
tiempo llega a Varanasi, en la estación del tren tiene un accidente que le
obliga a quedarse 3 meses en Varanasi. Tiene un encuentro especial con el Shadu
Tamil, estaba viajando a Haridwar, que es la puerta de entrada a los Himalayas.
Por un tiempo vivió con los shadus, y tomó camino a Rishikesh, es aquí que
entra a la ermita de Swami Dayananda Gari, quien lo recibió e inicio en la vida
como brahmacharya, de renunciante, y es
en donde aprende muchas cosas de la vida de los yoguis. Allí recibe el nombre
de Sundaranad. También escuchó de un gran asceta y respetado yogui que vivía en
los Himalayas, Swami Tapovanam Maharajá; se sintió muy atraído por este yogui
que llegaría a ser su maestro, su gurú.
Por un tiempo se quedó en la cueva de Vasishta, sirviendo como shadu y
dedicado por completo a la meditación. Aquí durante las silenciosas y obscuras
noches obtuvo sus primeros estados del samadhi.
Cuando el Swami Sundaranad llegó por primera vez
donde Swami Tapovanam, que tiene una kutir para los meses de invierno, Sundaranad estaba en voto de silencio, a lo
que el Swami Tapovanam, que se convertiría
en su gurú, le dijo: Eres como un niño. No sabes lo que haces,
piensas que estas austeridades te llevarán a Dios, las austeridades sin guía es
ignorancia, si no eres consciente de los actos guiados por la intuición jamás
obtendrás el éxito ni como shadu ni como hombre de hogar. Austeridad sin guía
es ignorancia.
Swami Sundaranad como era joven empezaba a tomar
decisiones poco viscerales, sobre qué hacer, si dedicarse a la meditación, hacer silencio, largos ayunos, y eso no es
siempre necesario en el camino espiritual,
sobre todo si no es guiado por la intuición o guiado por un maestro. Tapovanam
era un maestro sumamente duro, de mucho carácter, Swami Sundaranad dijo que aprendió mucha humildad, y le
rompieron el ego, le tenía haciendo muchas tareas, y siempre me estaba llamando
la atención, corrigiéndome en el camino espiritual. Mi maestro me enseñó a
traer a Dios a la cotidianidad, a entenderlo el día a día, a cumplir mis objetivos,
a cumplir mis tareas sin perder de vista a la divinidad.
SWAMI ANANDA DEVANANDA
Años atrás mi amigo Ramiro Calle, me había sugerido
visitar a un swami que vivía a las afueras de Rishikesh en donde hay ermitas de
meditación, no le había entendido de cómo llegar donde este swami, fui varias
veces a la India y no le encontré al swami. De pronto un día caminaba por un
sendero desde el puente de Ram Jhula, y me pareció ver a este swami del que me había
hablado Ramiro Calle. Llegué a la ermita del Swami Ananda Devananda como a las
5 pm. El sol empezaba a caer, les
encontré a un estudiante sentado y al swami, se percibía un aura de paz, estaban en profunda meditación y no quise
interrumpir.
Al siguiente día vine a verlo, era otro rishi, su
túnica naranja como el sol que nace
en la India, su mirada serena, su porte noble, el movimiento de las manos muy
coherentes, una respiración muy serena,
era un vedantista. No es fácil encontrar en la India que sean realizados
y que tengan un nivel académico alto. Conocía distintas técnicas de meditación,
de historia, de filosofía, de religión, de tradiciones de prácticas
espirituales, de técnicas de respiración, ¡era auténticamente una biblioteca!
Sobre chakras, de kriyas, para limpiar los chakras, métodos de concentración,
de meditación, era un deleite. Era un Yoga Sutra viviente.
Desde muy joven empezó a compartir con Swami Sivananda
quien le inicio en la práctica de la meditación, en la escuela de Sivananda;
allí conoció a Majarishi Maha de profesor de Yoga en la escuela de Sivananda,
Este swami es ANANDA DEVANANDA SWAMI. Cuando Sivananda dejó su cuerpo el swami
se fue a trabajar con Majarishi Maha de profesor de Yoga, conoció a los Beatles
también cuando estuvieron en el ashram.
Swami Ananda decía que la mente siempre está
volando a mil, si no llegamos a experimentar el estado libre de pensamiento no podemos llegar al samadhi.
Que el método que purifica todos los niveles de chakras es la
Meditación, y que se debe aprender de un maestro.
BADRINATH
Es un
santuario muy importante dentro de la tradición de la India en donde está la
imagen de Vishnú. Los desfiladeros del
Himalaya que conducen a este sitio
sagrado para los hindúes, son todos bendecidos con la presencia de Babaji. Estos lugares están bendecidos con la
presencia de muchísimos yoguis.
Estar en estas montañas sagradas se siente una
vibración muy particular. Si vamos a recordar que la mente es un campo
colectivo, y a entender que estas cuevas están bendecidas con
la presencia de muchísimos yoguis, maestros que ya sea en cuerpo físico o
etérico, están allí todo el tiempo meditando, en profunda comunión divina, están
compartiendo esas vibraciones, por eso no es raro llegar y sentir una alegría
profunda, vivir un sentimiento de
inspiración, de arrobamiento espiritual.
Un swami que era discípulo de Lahiri
Mahasaya me confesó que Mahavatar Babaji
se le presentó un día y que simplemente le bendijo, con su mirada el gran avatar.
También me comentó que cuando estaba sentado meditando, que desde el pico más
alto se le había aparecido la imagen de
Shiva que le dio una bendición particular. Por muchas ocasiones recibían la
visita de su gurú en cuerpo astral, el cual había dejado el cuerpo hace 15 años,
y que le bendecía. Este swami me dijo que la meditación, el pranayama, son necesarias en el camino espiritual, y que Kriya
Yoga es una ciencia, no solo una técnica.
Como era muy tarde salimos para ir al hotel, y no
encontrábamos el camino, cuando apareció este swami en medio de la noche en
medio de la nada, y nos dijo: síganme. Y nos llevó cerca del pueblo, y de pronto
desapareció el swami.
Lo que nos interesa saber que existen estos
yoguis. Que lo que se describe en la Autobiografía
no es fantasía. Que el yogui real no se
ha acabado. Nos recuerdan que el Yoga es un camino de liberación, es un sendero
de realización espiritual y que puede aplicarse a la vida. Y que existen
personas que se dedican en cuerpo, mente y corazón a la práctica, al estudio y a
la vivencia del Yoga, a su tradición, a
preservar este conocimiento para luego transmitirlo a los demás.
Yo me quedo con un recuerdo muy especial de cada uno de estos yoguis que he conocido.
JUAN SOTOMAYOR: He sentido que hay
un puente que ha unido a los Himalayas con nosotros. Es maravilloso poder
concebir a la obra de Dios como una sola. Allá hay maestros, acá también; allá
hay discípulos, acá también; ellos están en un lugar bendecido, acá también.
Dios está en todos lados.
Nos has mencionado acerca del concepto de prana.
Toda la materia prima del Universo se le llama prana. Es uno, es un átomo, es
la totalidad, ese prana se manifiesta de infinitas formas, todo lo que vemos,
sentimos, pensamos, no es más que una forma de prana.
Tenemos la bendición de contar con la ciencia del
Kriya Yoga. ¿Cuál es la diferencia entre ciencia y técnica? Técnica no indica la
forma de cómo hacer; ciencia, algo que nos permite demostrar que es así; si no se
puede demostrar no es ciencia. Entonces el Kriya Yoga nos permite demostrarnos
a nosotros mismos quienes somos y hacia a dónde vamos.
Desde esos remotos lugares de Badrinath, en donde
todavía existe la forma física de Babaji, nos llegó de una forma prevista por Dios,
la práctica de Kriya Yoga. Estamos practicando
la parte más elevada de la ciencia del pranayama. Siempre estamos unidos en la meditación. Y gracias al Padre Dávila por haber sido parte de esta
cadena maravillosa de enseñanzas para Occidente, algún día será reconocido esto.
REFERENCIAS:
Gustavo Plaza nació en 1977 en Guayaquil (Ecuador). Desde temprana edad,
Gustavo ya sintió una atracción hacia las filosofías y mística de Oriente. En
especial, le llamaban la atención los yoguis de la India, en quienes Gustavo
vio un llamado a la trascendencia, a una realidad invisible a los ojos humanos.
Su primera experiencia con el yoga la tuvo alrededor de los 6 años,
cuando su padre le dio las primeras instrucciones sobre meditación. Sin
embargo, no es hasta alrededor de los 15 años cuando Gustavo Plaza conoce a su
gurú, el Padre César Dávila. Es entonces que comienza con dedicación su
práctica y estudio de la tradición del yoga. Gustavo Plaza tuvo la guía física
del Padre Dávila durante aproximadamente 8 años, hasta que éste dejó su cuerpo
en 1999. Por ese entonces, Gustavo ya daba clases de Hatha Yoga y Meditación en
su organización, la Asociación Escuela de Auto-Realización.



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