In Memoriam ROSITA VÉLEZ

Imagen: Asociación Escuela de Auto-Realización





  Esteban Malo

Querido Juanito, hermanos de Rosita. 

Queridos directores y miembros de los distintos directorios de Auto-Realización nacionales e internacionales, socios y estudiantes de nuestra querida Asociación. Es un deber, una obligación llena tan solo de amor, reunirnos hoy para agradecer a Rosita por su entrega permanente a la obra de A.E.A., que no es otra cosa que estar alertas para guiar en el sendero a los espíritus deseosos de encontrar la felicidad, gozo y bienaventuranza, experiencia que todo ser humano debería buscar, y poder experimentar y vivir en esta existencia terrena, el silencio. Este objetivo, Dios, el Padre única realidad, para encontrar paz y felicidad, vivencia cierta y completa de estar en la verdad. Así lo entendió Rosita desde sus primeros pasos, esta búsqueda interna personal, y comprendió que debía estar vinculada estrechamente a la obra de Auto-Realización que llenaba sus expectativas, por eso nuestro homenaje de agradecimiento a nombre de nuestra Institución.

Ustedes inmediatamente recordaran, hasta con su timbre de voz, que su respuesta a su entrega, era decir como Ramakrishna: Naham Naham, Tuhu Tuhu, No yo No yo, Solo tú, Solo tú. Su mantram preferido cuando sus estudiantes agradecían sus lecciones diarias. Y es que para responder así… se necesita vivirlo, sentirlo, no como una expresión externa sino como una experiencia interna vivencial, objetivo exotérico y esotérico de las enseñanzas aprendidas.

Rosita estuvo siempre vinculada a la escuela desde sus inicios. Fue la secretaria apreciadísima, que sabía con su capacidad profesional plasmar rápida y correctamente las opiniones emitidas en los directorios, y también en las convenciones anuales de la A.E.A.

La Asociación tuvo el acierto de pedir a Rosita y a Juan, que sean los primeros huéspedes que vivan en un pequeño departamento de nuestra escuela. Todos recordamos la prolijidad, esmero y cariño de cuidar este espacio, sobre todo sus jardines y plantas que también les respondían con amor y belleza. Todas las experiencias compartidas en el tiempo, son por demás enriquecedoras espiritualmente. El carisma de la meditación, fundamento de nuestra Asociación, fue siempre el pilar de las exposiciones que como instructora traspasó Rosita fidedignamente a sus estudiantes, pero enseñando con su propio ejemplo, estarán de acuerdo conmigo quienes por tantos años asistieron a sus clases. Esta “metamorfosis espiritual interna”, como la llama el Padre Dávila nuestro maestro y fundador, no podía hacerse esperar más: descubrir a Dios. Éste es el mensaje que debemos recordar siempre de Rosita, la búsqueda permanente a través de la meditación, para descubrir dentro de nosotros la presencia vivencial de Dios. Todos y especialmente sus estudiantes, recordamos su fidelidad a las enseñanzas y técnicas de meditación que entrega la escuela. Este sentir interno transformador que insistentemente lo expuso Rosita, hace que se refleje en una actitud de pensamiento universal, sin sectarismos ni apasionamientos: la verdad aflora naturalmente y llena y desborda nuestros espíritus.

Homenajear a la Rosi es sentirnos felices porque hemos sido bendecidos por un Maestro y compañeros de sendero inigualables. Nuestro homenaje lleno de amor no es sino un pálido reflejo de lo que el Padre Celestial y la Madre Divina le habrán tenido preparado.

Gracias Rosita

Imagen: Asociación Escuela de Auto-Realización

Rosita Vélez

UN EJEMPLO EN LA VIDA Y EN LA MUERTE






Carmen Suárez Serrano

Dejaré que el corazón del grupo hable a través del mío con sencillas palabras, pero que brotan con mucha sinceridad desde el fondo mismo del amor y la gratitud; porque Rosita fue para nosotros nuestra guía espiritual, nuestra maestra, que con tanta sabiduría abrió nuestra senda espiritual hacia la Madre Divina; fueron sus enseñanzas y su ejemplo, los que siempre nos hicieron ver lo que debemos hacer para sentir, vivir y anclar nuestra vida en Dios.

Su palabra tenía fuerza, porque habló a través de su propia experiencia, tuvo mucha coherencia entre el decir y el hacer, con una claridad mental y una memoria privilegiada para transmitir con mucha fidelidad las enseñanzas de su maestro: El Padre Dávila, y la línea crística de maestros; a Ramakrishna y otros más,  a quienes nos hizo conocer y amar. Siguió siempre los pasos del Padrecito, cumpliendo a cabalidad su mística, su legado: MEDITA, MEDITA, MEDITA, porque ese era el principal ingrediente de su vida: la meditación diaria, y que le mantuvo con un equilibrio espiritual y humano.

Su principal empeño fue, el despertar nuestra mente para que podamos alcanzar la comunión consciente con el Creador a través de la devota meditación diaria con disciplina y perseverancia, recalcando que ”debemos buscar primero el Reino de Dios y que todo vendrá por añadidura”, mostrándonos el “como”; es decir, insistiendo siempre en el buen uso de las técnicas, como herramientas para alcanzar esa fusión divina, resaltando el KRIYA YOGA, como el método científico de realización más avanzado para lograr una mejor concentración y una profunda meditación, que nos llevaría a la liberación del alma.  Rosita fue, un  apóstol de esta técnica.

Las personas espirituales trabajan y sirven más arduamente por los demás, y Rosita tuvo una vida de entrega generosa para la Escuelita, y todas las actividades de AEA, que no hubo día que su presencia no estuviera ahí, colaborando incondicionalmente a esta obra, siendo un instrumento de Dios, para conducir a sus hermanos hacia la realización. Siempre estuvo cerca de los que le necesitaban: escuchándolos, guiándolos frente a las dificultades personales o espirituales –y que fuimos muchos-, como buena amiga, guía y confidente,  dispuesta a dar su tiempo sin límite, y ser una humilde servidora. Tuvo una vida fecunda y fructífera.

El tema de la MUERTE, en la mayoría de los seres humanos provoca conmoción, pero debemos más bien entenderla como el nacimiento a una nueva vida. La muerte es el regreso de la gota al océano, es el retorno a la verdadera casa, y a Rosita la recordaremos en el murmullo del agua que nos PACIFICA, en el Pranayama que nos RECONFORTA, en cada meditación que nos ACERCA AL PADRE, y en cada NOTA de los profundos cantos cósmicos. A Rosita siempre le tendremos presente en los conocimientos transmitidos, que rompe la oscuridad, como el alba.

La muerte queridos hermanos es solo el boleto de retorno al Reino, es fundirse con el todo. La muerte sencillamente es el remedio a nuestros dolores, sufrimientos y sinsabores, es recuperar la libertad, la perfección, la divinidad; y recordemos “que solo muere lo que se olvida” y Rosita vivirá en nuestros corazones.

Ella pudo decir como reza aquella estrofa de un canto cristiano: “Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo has dicho mi nombre, en la arena he dejado mi barca, junto a Ti, buscare otro mar”, pues Rosita navega ya, en aguas profundas, calmas y diáfanas, porque es un espíritu sano, salvo, humilde y sabio, un ser de luz.

Tuve la bendición de visitarle por dos ocasiones en la clínica, cerca de su partida, y pude ver y sentir que Rosita estuvo lista para el encuentro con la Madre Divina, con un total desapego humano y material dispuesta a dejarlo todo en la arena, y partir.  Su rostro demostraba que estaba siendo mirado por los ojos de Dios, con una expresión dulce, serena, lleno de paz, con un brillo especial en sus ojos, con una  entrega total a la Acción divina con una quietud silenciosa y profunda. Ella estuvo preparada para dejar su cuerpo y buscar ese otro mar, verdadero y eterno, había cumplido ya, su paso por este mundo con la satisfacción del deber cumplido. Parafraseando un poco a Yogananda, diré: Solo su amor y ejemplo podrán sustituirle. Tuvo una partida ejemplar y de plenitud.

Gracias, gracias, gracias por todo. Hasta siempre, QUERIDA ROSITA.

                                    ¡Cómo fue su vida, fue su muerte!

Cuenca, 16 de febrero del 2022



Patricio Amoroso

Pienso que la gratitud es un sentimiento que mueve al ser humano a reconocer, estimar y valorar los beneficios y bendiciones recibidas; y tratar de corresponder de alguna manera es mi deseo cariñoso en esta noche en representación de su grupo de alumnos.

Dios puso en nuestro camino espiritual a una mujer tierna, cariñosa, generosa, llena de conocimientos, plasmada de infinitas bondades, con el alma pura e incondicional. Muchas clases compartidas, muchas bendiciones recibidas mediante sus diarias lecciones, la he mirado calladamente y he aplaudido en mi silencio su infinita y añeja sabiduría. La recuerdo querida Rosita, y me brotan lágrimas calladas con remembranzas de infinitas lecciones empapadas de sabios consejos; continuamos día a día intentando seguir las huellas de sus pisadas tan bien afirmadas, que me refrescan el alma sembrada de esperanza y deseo de seguir este maravilloso camino.

Ha sido tan gratificante ver día a día como fue tallando y tallando cada minuto de su tiempo en esta escuelita, su escuelita, nuestra escuelita, cada mañana de sol con mucha esperanza; y también en los ocasos a veces fríos en la noche, de esta sala que se abrigaban con la hoguera de su presencia y su enseñanza, a veces con el apretado reloj que no queríamos ver marcar la hora de salida, pues tan fervorosas clases que recibíamos no deseábamos que llegasen a terminar; todos estos pedacitos de enseñanza han armado nuestra fortaleza con deseo de aprender más y más.

Sus huellas están en todo lugar en todo momento, y sentimos día a día el perfume de su dulce alma al recordar sus consejos, sus clases. Su presencia perdurará por siempre en nuestra vida, siempre habrá un lugar muy especial en cada uno de nuestros corazones, el lugar de nuestra madre espiritual, el lugar de una entrañable amiga: el lugar de Rosita Vélez.

Imagen: Asociación Escuela de Auto-Realización

Claramente recuerdo cuando la conocí, fue un día de viaje a Baños de Ambato que tuve la suerte de llevarle junto a mi esposa Marina, hace 8 años: mi primer retiro de la escuela, mis primeras clases en el curso inicial, recién empezando este maravilloso camino aun un tanto confundido sin saber en qué estaba metido, más al emprender el viaje comenzaron los consejos matizados con risas y anécdotas de la escuela; pero su capacidad, su conocimiento, su amor, su dulzura, la manera tan suya de ser, me motivó tanto y tanto que no quería llegar al destino de este viaje para poder seguir escuchando su voz que me alimentó el alma cada momento. Gracias a esta experiencia estoy aquí este día diciéndole una vez más gracias, mil gracias querida Rosita, gracias a usted y su inmenso cariño sigo en esta escuelita queriendo aprender más y ser mejor cada día.

He aprendido el verdadero amor a Dios, la manera de acercarme a Él, el camino a encontrar la verdadera paz y felicidad, e innumerables cosas más. Sus clases perdurarán por siempre. Sus dulces palabras y consejos están guardados en mi corazón. Su fortaleza, su paz, en todo momento es digna de reverencia; aun envuelta en sabanas de dolor en sus últimos momentos en este plano su corazón emanaba tanto y tanto amor.

Gracias a Dios por habernos puesto en nuestro camino a usted querida madre espiritual, como así le decía. Gracias al padrecito Dávila por haber compartido sus enseñanzas por medio de Rosita. Gracias por haber dejado tanto conocimiento con tanta dulzura, con tanto amor a sus alumnos. Su presencia perdurará por siempre en nuestro corazón.

Hasta pronto, querida Rosita.











Marina Feijoo

Querida Rosita,

Sus amigos y alumnos del grupo de los jueves, como usted cariñosamente nos llamaba, queremos expresarle nuestra admiración, amor y sobre todo nuestra eterna gratitud por todo el tiempo que usted con tanto cariño supo entregar a sus alumnos, a sus clases y a la escuela de Auto-Realización; todo lo realizó siempre llena de amor.

Para cada uno de nosotros usted ha sido una persona maravillosa, y quisiéramos expresarle muchas cosas… más, usted como excelente maestra, conoce a sus alumnos, conoce nuestro corazón y nuestro sentir.

En lo personal: Mi querida Rosita, cuando le conocí sentí una afinidad inmensa con usted y sé que su sentir hacia mí fue igual. Este cariño fue creciendo, se fue fortaleciendo hasta formar una hermosa relación, una relación como de una madre e hija; vivimos lindos y hermosos momentos. Muchas gracias por todo el cariño y bellos momentos vividos.

Dios me dio la oportunidad de visitarle en la clínica unos días antes de su partida, este hermoso encuentro lo tengo guardado en mi corazón, recuerdo sus palabras y consejos que ese día y siempre me supo entregar con tanto cariño. Dios le pague por tanto amor.

Tengo en mi memoria su imagen acostada en la cama, con su rostro radiante, lleno de paz, y tuve la certeza que solo una mujer de Dios y entregada a la meditación podía aceptar y esperar con tanta paciencia y humildad su Voluntad.

Pude comprender como con tanto amor esperaba ese momento del encuentro con el Señor, la Unión Eterna con el Padre Celestial, repitiendo siempre Naham Naham Tuhu Tuhu. Gracias Rosita una vez más, por esa hermosa experiencia de vida que pude palpar y vivir junto a usted.

Mi gratitud por siempre querida Rosi, le tengo y le llevo en mi corazón. Siempre estará ahí porque ahora he comprendido que usted pasó de vivir entre nosotros a vivir en nosotros: porque siempre, siempre, por siempre le tendremos ahí en un lugar especial.

Gracias y mil veces gracias querida maestra y madre espiritual. 










Rogelio Solís

Muy buenas tardes, a todos mis queridos hermanos de Auto-Realización, de Ecuador, de Chile, de Panamá, y en especial al Centro de Cuenca.

Recibimos la noticia de la partida de este plano de nuestra querida hermana espiritual, Rosita Vélez.

Yo conocí a Rosita Vélez hace 32 años en Ecuador, en Baños la primera vez. Me llamó mucho la impresión de ella, porque era una muchacha en ese tiempo muy clara, transparente, tenía algo muy especial; era muy cariñosa siempre con nosotros, pendiente de todo, como éramos pues los primeros extranjeros que llegábamos al ashram. Y siempre se mantuvo con ella esa relación de hermanos, -¿verdad?- del espíritu: a veces ni se habla, pero se comprende las vibraciones internas, espirituales.

Rosita nos acompañó a nosotros en la peregrinación en el año 98, la última peregrinación del Padre Dávila a Tierra Santa. Y recuerdo claramente unas palabras del padre que son bien proféticas para cada uno de nosotros. El padre después de que terminó la misa, nos dijo: Miren, cada uno de ustedes han de venir uno a uno a los planos espirituales a dónde yo voy a estar, para que ya estén acá con nosotros y disfruten de estas vibraciones tan elevadas del lugar espiritual alejados ya de las situaciones y problemas del plano físico. Por eso es que les digo pues, que uno a uno, han de ir llegando.

Así que en especial al Centro de Cuenca, la gran bendición pues de haber tenido una hermana espiritual de la talla de Rosita: una Mama Ganga, es una expresión más grande que puede haber para esta connotación.

A Juan, pues, bendiciones. Siéntete bendecido por haber compartido tu vida con esta alma tan especial -¿verdad?-. Sé que hay un dejo de tristeza, siempre la parte humana nuestra pues genera cierto apego. Pero tú comprendes, tú eres un yogui, tú sabes que ella era una yogui, era una bhakti entregada completamente, incondicional a nuestro gurú, y está ahora mismo, -se ganó los galones- y está disfrutando en compañía de su amado gurú, de los maestros, de Nuestro Bendito Señor, de esos planos.











María José Amoroso F.

Rosita querida,

Hablar de usted para mí es hablar de una persona para quién realmente no existen las palabras suficientes con las que pudiera describir lo importante que ha sido en mi vida y en la de toda mi familia. Me siento inmensamente afortunada y agradecida con Dios, con la vida, con la Madre Divina y con usted por haber tenido la oportunidad de encontrarnos en este camino; por haberle tenido como guía, maestra, amiga, como abuelita espiritual como siempre me decía con tanto cariño, y creo que lo único que puedo hacer hoy en día es agradecerle por todo lo que ha hecho no solamente por mí por mi familia, sino por todas esas personas que estamos hoy aquí en este pequeño homenaje para una persona que realmente se merece todo en esta vida, y a quien le debemos muchísima gratitud, respeto y admiración.

Estoy segura que nos volveremos a encontrar en algún momento, mientras tanto quiero que sepa que le quiero un montón y que le agradezco de todo corazón por todo lo que hizo para nosotros.










Andrea Feijoo

Hablar de mi querida Rosita, es para mí un honor.

Empiezo contando que yo le conocí a Rosita gracias a mi hermana Marina que me llevó a la Escuela de Auto-Realización. Y fue tan lindo conocerle ya que desde el primer día me trató con tanto cariño, luego se abrió durante la pandemia y así empezó mi admiración y cariño por una persona que cada día en sus enseñanzas nos hacía querer más a nuestra Madre Divina. Ella siempre irradiaba paz y cada vez que hablaba se notaba el amor interior que tenía para dar; siempre con una sonrisa nos contaba sus anécdotas y nos hacía vivir el momento con tanta pasión.

Mi Rosita querida nos dejó un vacío inmenso en el corazón y en la escuelita, pero sé que desde el lugar en donde está nos acompaña y nos guía con sus enseñanzas. Ya está al lado de nuestro Padre Celestial gozando de la Paz eterna.

Gracias Rosita por todo lo hermoso que sembró en mí. Quererle fue fácil, pero olvidarle será imposible.







    Viviana Miranda

Para mi amiga Rosita,

Con mucha gratitud hoy mi corazón expresa lo maravilloso que fue recibir su guía en mi camino espiritual. Como una gran amiga e instructora siempre estuvo pendiente a cualquier inquietud que pudiéramos tener, donde su entrega, carisma y cariño fueron detalles que a nosotros como estudiantes nos llenó de confianza para expresarle cualquiera que fuera nuestra duda.

Personalmente, le pienso y siento a Rosita como esa chispa divina que impulsó el cambio en mi vida, en que las enseñanzas de Rosita especialmente en las prácticas de Kriya Yoga fueron esenciales para que hoy conozca esa bendita felicidad a la que la práctica nos conduce.

Con inmenso cariño, cada gesto de enseñanza suya ha sido guardado en mi corazón como muestras de la infinita bondad de nuestro Padre Celestial.





 


Sonia Maldonado

Mi querida y entrañable amiga y maestra Rosita, te agradezco por tantas enseñanzas que me han servido para mi desarrollo espiritual en todos estos años que fuiste mi maestra. Gracias Rosita por hacerme que le conozca y le ame más y más a Jesús nuestro amado Maestro y Dios, me hiciste entender que Él es único que puede saciar mi vida y mi alma. Gracias Rosita por enseñarme a conocer  a los maestros de la escuela, de los cuales he aprendido tanto y me he nutrido de sus conocimientos. Gracias también Rosita por motivarme a meditar todos los días, es la única manera de tenerle a Dios presente en mi vida.

Siempre te recordaré con mucho cariño, estarás presente en mi existencia siempre. Te extraño tanto Rosita. Que Dios te bendiga siempre.



Teresita Dávila

Desde que conocí a Rosita, con sus sabias palabras poco a poco fue cambiando mi vida para bien. Ella se metió tan hondo en mi corazón, que ahí estará para siempre. La extraño demasiado.

Ella con sus consejos me ayudó mucho, ya que fue mi amiga, mi profesora, mi confidente. Y siento que ella sigue a mi lado. Hasta pronto, Rosita.







Mercedes Verdugo

Tuve la dicha enorme de ser alumna de Rosita Vélez durante más o menos 15 años. Tengo los mejores recuerdos de las vivencias con ella, una persona con un carácter alegre, generosa con su tiempo y preocupada por sus estudiantes. Pero lo que más llevo en el fondo de mi corazón, fue la enseñanza de vida que me dio en un momento muy difícil de una situación personal, me dijo: Merceditas tienes que aceptar, si no aceptas la situación que estás viviendo no vas a poder dar el paso adelante, medita profundamente y deja que Dios actúe.

Rosita siempre la llevaré en mi corazón y en mis recuerdos. Sé que desde el lugar en donde esté, va a seguir velando por sus alumnas.







Fanny Mendoza

Quiero unirme a este merecido homenaje a nuestra querida Rosita con un fragmento del libro de Daya Mata, EL GOZO que buscas está en tu interior... “La vida en este plano de existencia llegará a su fin para todo ser humano, y cada uno de nosotros deberá preguntarse: ¿Qué he obtenido? ¿En qué forma aproveché esta vida? ¿He desperdiciado mi tiempo en actividades inútiles? No te duermas, alma santa, ¡despierta! Sin meditación, sin concentración, cuán vano es tu ocioso hablar. Debemos vivir nuestra existencia de manera tal que, en el momento de la muerte, no nos asalte ningún pensamiento de temor o pesadumbre, sino que avancemos gozosamente hacia los más elevados dominios del Espíritu".

Pienso que nuestra querida Rosita, así lo vivió. Y ella en este momento, está en un sitial muy, muy especial y, sé con seguridad que ella es nuestra guía.

Yo, muy agradecida con la vida por haberle conocido, por haber puesto en mi camino, a un ser tan especial...

Muchas gracias, Rosita.

OM, PAZ, BENDICIONES.









Inés Vélez

Mi querida Suquita, mi amada Suquita, para ti solo tengo palabras de agradecimiento por el cariño que nos diste al Francisco y a mí.  En el Francisco pusiste sentimientos tan nobles, tan llenos de DIOS, que él, hoy, es una persona buena, cariñosa y de sentimientos puros.  Y a mí me enseñaste a disfrutar, con tu ejemplo, de largas horas de meditación y de prácticas de Kriya Yoga. 

En verdad te extraño. Y con la misma intensidad que te extraño, te amo, por eso vivirás siempre en mi corazón.

Suquita querida, que DIOS te bendiga como lo ha hecho siempre.






Jacinta Zea

Para mi Rosita querida

¡Rosita querida yo solamente quiero decirle GRACIAS y LE QUIERO MUCHO! Que Dios siempre le tenga junto a ÉL y que usted nos abra camino a quienes vamos detrás y que hemos escuchado siempre sus palabras con toda atención y que nos han ido marcando la vida, sobre todo porque hemos visto como yo, que estoy ya 30 años en este camino, que usted nos ha enseñado con su ejemplo, con la práctica, no solo con palabras. Usted que me presentó al Padrecito, usted que me llevó recuerdo, en Baños de Ambato a la cascada de San Marcelo y estuvimos conversando sabiamente con el Padrecito, usted que me mostró como hay que ser coherentes en la vida, como no basta con decir que uno está en el Sendero y está haciendo cosas; sino que de verdad debe practicar la meditación, practicar kriya yoga y sentir de corazón, buscar cada día a la Madre Divina con sinceridad.

Yo le agradezco tanto, porque en usted he visto ese ejemplo de sinceridad y sabiduría. Yo recuerdo todo esto a cada momento, y recuerdo tantas veces que estuvimos en la sala de AEA Cuenca y yo pensaba que sus palabras justamente eran para mí, dirigidas para apoyarme en los momentos más duros y siempre con su luz, con su guía Rosita y usted siempre tan pendiente, preocupada: “¿cómo están tus hijas Jacinta?” y yo tan contenta, de haber caminado a su lado, de haber sido su alumna, de haber estado junto a usted, conociéndole a Dios con todo el amor del mundo y sintiendo que no hay otro camino posible que el de la meditación diaria.

Gracias y un beso gigante hasta la Eternidad…







Lucía Méndez Torres


Recuerdos brillantes

Ostentamos sus estudiantes

Servicial y risueña

Impresionantemente buena

Trabajadora y apasionada, siempre por su querida

A  E  A.

¡Querida Rosita siempre la recordaremos!





la misión de tener

hijos espirituales

Juan Sotomayor Fernández

En alguna mañana del año 1958, me dirigía como de costumbre a mis clases del Colegio Borja de los padres jesuitas, situado Puma Pungo. Generalmente en el trayecto recorrido a pie por la mayoría de los estudiantes, nos encontrábamos con los compañeros que recorrían el mismo sendero. Nuestro compañero Juan Pozo Vega, con un entusiasmo que captaba toda nuestra atención, empezó a narrarnos lo que su hermano mayor, Teodoro Pozo, que se encontraba en Cuenca visitando a sus padres, les contaba a cerca de los yoguis de la India, que poseían unos poderes sorprendentes y que el más famoso de los yoguis se llamaba Paramahansa Yogananda.

Lo importante de esta historia es conocer que el Dr. Teodoro Pozo Vega, cuando estudiaba en Quito para ser sacerdote en los años 50, conoció las lecciones de Paramahansa Yogananda y también al Padre César Dávila Gavilanes, fundador de nuestra Asociación Escuela de Auto-Realización, para convertirse así en un eslabón importante en la obra de Dios, mediante la enseñanza de la meditación impartida por nuestra Asociación. Estaba escrito que el Dr. Pozo no se ordenaría de sacerdote, sino que estudiaría Medicina, luego Psiquiatría y tendría una familia. Debemos siempre tener en cuenta que las cosas presentes son siempre el efecto de una causa anterior que desconocemos y que actúa a través de las prodigiosas e inexorables leyes divinas de causa y efecto.

En 1968, de manera casual y misteriosa, nos hacemos amigos de Lucía Pozo, hermana del Dr. Teodoro Pozo; y en casa de Lucía, en medio de la bohemia de la época y de nuestra juventud, conversábamos acerca de la filosofía oriental, y apareció nuevamente la figura de Paramahansa Yogananda y en esta ocasión, su hermano Teodoro, tenía las lecciones del famoso yogui de la India y además podía conseguirlas prestadas. Esta fue la manera en que por primera vez teníamos las lecciones del gran yogui en nuestras manos, y formamos un grupo para leerlas.

Nuevamente la “causalidad” actúa y Lucía Pozo, invita a su casa a Pablo Jaramillo con su esposa María Eugenia Tamariz, a quienes también les interesaban estos temas y de una manera coincidente, Pablo, era primo hermano de la novia del Dr. Teodoro Pozo. Se incrementó entonces el primer grupo de meditadores, ocupando una casita donde se guardaban herramientas y enseres en el patio trasero de la casa de un amigo, y seguíamos las lecciones de Yogananda sin la guía de alguien que sepa más que nosotros.

El Dr. Teodoro Pozo le cuenta a Pablo Jaramillo, que si alguien sabe de Yoga en el Ecuador, es el Padre Dávila que vive en Quito y tenía fama de ser una persona muy rara y difícil, pero se le podía ubicar en la biblioteca de la Curia de Quito. Pablo se propone conseguir que el famoso Padre Dávila venga a Cuenca, y lo consigue en 1970 dando inicio a la historia de nuestra querida Asociación. Cada uno de nosotros, somos un eslabón en la obra Divina.

En 1972, conozco a la Rosita Vélez, quien se sintonizó inmediatamente con el tema de la meditación y por la ley de Causalidad, me tocó enseñarle la técnica de Hong So. Luego le conoció al Padre Dávila, de quien le impresionó una plática sobre el Dios Amor y que Él jamás nos castiga, y desde que le conoció se convirtió en su discípula.

En 1973, nos casó el Padre Dávila en Quito. Vivíamos en un apartamento que mis suegros nos proporcionaron, y a más de trabajar, siempre asistimos a las clases y a las meditaciones en Auto-Realización en donde 2 años después de casados, vivimos por algunos años, cuando se terminó de construir el Ashram de San Pablo de Cuenca.

Desde solteros sabíamos que la Rosita Vélez no podía tener niños, lo cual alarmó a mi familia, hasta que con el tiempo comprendieron, que los hijos no son necesariamente la única finalidad de la unión entre un hombre y una mujer, sino que lo más importante en nuestro caso era la búsqueda de Dios por el sendero de la meditación, y encontrar una pareja que tenga ese ideal no es nada fácil. En el transcurso de nuestro matrimonio, mi familia pudo experimentar que la búsqueda de Dios, no solamente ilumina a quien le busca sino que incluye a quienes le rodean, pues la Rosita Vélez se convirtió en un faro de luz para toda mi familia.

Luego de 16 años de trabajo y cuando yo tenía los ingresos económicos suficientes, la Rosita Vélez sintió llegada la hora de dedicar su vida a lo que más le gustaba: “enseñar a meditar” a todo aquel que quisiera aprender a meditar, asumiendo como pareja, que si bien Dios no nos dio hijos biológicos, nadie podía impedirnos tener “hijos espirituales”; y así lo decidimos e hicimos. Su misión entonces consistiría en preparar y dar la mayor cantidad de clases posibles a AEA, y la mía consistiría en brindarle apoyo incondicional en su obra.

Renunció al trabajo que tenía y se dedicó por entero a dar sus clases en Auto-Realización hasta el día en que nuestro Padre Dios, decidió jubilarle de su amada tarea y misión de “enseñar a meditar” a sus “hijos espirituales”. Estoy absolutamente seguro, que ahora mismo se encuentra, al igual que aquí lo hacía, hablando de Dios y de cómo encontrarle, rodeada de jardines y flores celestiales, a quienes, en otros planos de existencia, desean seguir progresando, hasta llegar al encuentro definitivo con Dios y guiada siempre por su maestro, el Padre Dávila.

El destino final de todo ser humano que viene a este mundo o que se encuentra en otros planos de existencia, es el encuentro personal e intransferible entre Dios y cada uno de nosotros, y esa experiencia en la que nadie nos puede remplazar es lo que se denomina “Realización del Ser” lo cual da el nombre al sendero de “auto realización”, pues nadie nos puede dar caminando ese sendero, al igual que nadie nos puede dar muriendo o naciendo. “Yo en ellos, y tú en MI, para que sean perfectos en unidad” Juan 17, 20-23.

Ahora que la Rosita Vélez no me acompaña físicamente, experimento su ausencia de todo lo que significaba su presencia, su risa permanente, preparar y dar sus clases virtuales, su trabajo en el hogar y por sobre todas las cosas su compañía espiritual y humana, lo que me ha convertido en su discípulo de la meditación, que es la única forma de romper las barreras entre los distintos planos de la creación y sentir cada vez más su dulce compañía espiritual.

Doy gracias a Dios y a la Madre Divina por haberme permitido ser su compañero en el sendero de Auto Realización, haber disfrutado de su bendita compañía y por saber también que cuando me vaya de este plano, allí me estará esperando.

Imagen: Internet Google








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