P. Dávila (Yo soy, no temáis)
YO SOY, NO TEMÁIS
Tengo ante mi vista, las aguas del tranquilo Mar.
Retrocedo dos mil años
y contemplo a la luz
lo que sucedió entonces.
Siento en las profundidades de mi ser
la vivencia de estas palabras
de Cristo a sus turbados discípulos:
"Yo soy, no temáis".
Mucho, mucho he bregado como ellos en mi vida,
como ellos me he sentido
tan débil, tan frágil.
Cuantas veces, como esos discípulos,
sentí la nostalgia,
la inmensa nostalgia de Su ausencia...
Pero, gracias a Él, a ese Cristo Bendito:
La duda es ya seguridad; el dolor, gozo;
la tristeza, infinita alegría;
la nostalgia de la ausencia,
es ya la bienaventuranza de Su presencia.

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