P. Dávila (Reflexión antes de la eucaristía)
REFLEXIÓN ANTES DE LA EUCARISTÍA
Cada paso que el Señor dio aquí en esta tierra,
lo dio imprimiendo también -digámoslo así- una señal,
un signo permanente de Su presencia oculta en medio de nosotros.
Por eso nosotros cuando nos sintonizamos un poquito
con esa Divina Presencia, le sentimos a Él mismo.
Y hoy en esta celebración eucarística le SENTIREMOS,
le sentiremos presente en medio de nosotros.
No solamente con Su presencia cósmica,
no solamente con esa presencia común
a todos los seres y a todas las cosas: como Dios
si no todavía más, con esa PRESENCIA REAL,
como la nuestra aquí en este lugar, donde Él estuvo también,
-es verdad- hace algunos centenares de años.
Pero que ahora va también hacerse presente a través de la Sagrada Eucaristía.
Y aunque nosotros no le veamos realmente con los ojos del cuerpo,
sin embargo, vamos a verle y sentirle con el espíritu, con los ojos del alma.
Por eso nosotros tenemos que procurar interiorizarnos,
para participar con efectividad de su Divina Presencia entre nosotros.
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