P. Dávila (El verdadero alimento espiritual)
EL VERDADERO ALIMENTO ESPIRITUAL
Todos los hombres son peregrinos a través del tiempo. Y así como el pueblo de Israel peregrinó por las tierras de Egipto hacia la tierra prometida, así toda la humanidad tiene que emprender: quiera o no, piense o no, este viaje de peregrinación a través del desierto de la vida.
Y le falta naturalmente, porque esta vida del hombre sobre la Tierra -cuando se trata del verdadero alimento espiritual que necesita- es un desierto. Cuando atraviesa a través del desierto, necesita de un alimento confortante para sobrevivir y para llegar al término. Y este alimento confortante mis queridos estudiantes, nos da el mismo Señor en la Sagrada Eucaristía como Él prometió al pueblo judío. Y Él quiere ser el alimento de todo hombre que viene a este mundo, en la Sagrada Eucaristía.
Por eso confortados con este alimento, sí podemos afrontar cualquier problema y cualquier dificultad de la vida, hasta llegar a la tierra en la cual ya no habrá más lágrimas, no habrá más sufrimientos, no habrá más dolores. Hasta ese momento tenemos mis queridos estudiantes, que soportar todas las incomodidades del camino. Pero esas incomodidades serán dulces incomodidades, serán llevaderas incomodidades, si sabemos constantemente tomar de este Pan que nos dará la fortaleza necesaria. Y así como los israelitas llegaron después de su peregrinaje por el desierto a la tierra de promisión, así también nosotros llegaremos seguros a esa tierra prometida.
Ya veis mis queridos estudiantes, cualesquiera de las palabras que pronunció el Señor nos sirven para cada momento.

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