P. Dávila (Permítenos cantar Tu Gloria)
Permítenos cantar Tu Gloria
No sólo los cielos
proclaman la Gloria de Tu nombre
como canta David en sus Salmos,
¡Es toda la creación, absolutamente toda!
Cuando a la luz del sol, de la luna,
de Marte, de Venus
y de todas las estrellas
que sonríen en el campo infinito
de los espacios siderales,
pienso que Tú nos estás acariciando
con la luz de Tu mirada.
Cuando oigo el canto de las avecillas
que rompen el silencio de los bosques
o me distraen del monótono chirrear
de las máquinas inventadas por el hombre,
oigo también la caricia de Tu voz
en el alero de mi alma.
Cuando siento la vibración interna
de la onda mental amorosa
del ser querido,
ahí más, mucho más,
siento el beso de Tu amor.
¡No cantan solamente los cielos Tu Gloria!
Sino la cantan los mares, las azules ondas,
los bosques y los prados, las aves
y los animales domésticos o salvajes,
en una palabra: todo, absolutamente todo.
¡Permítenos, oh Padre!
que unamos nuestro canto al suyo,
nuestra voz a la suya,
nuestro aliento a su aliento,
nuestro amor a su amor,
para que en todo y por todos
Te cantemos,
por todos los que no tienen
la bendición de cantarte
como Te cantamos nosotros.
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