P. Dávila La Paz, don divino


La Paz, don divino 

 

El mayor don que puede recibir el hombre  

es éste: La PAZ 

La paz es el fruto maduro  

del Espíritu de Dios: 

Donde hay verdadera paz, allí está Dios. 

Donde no hay paz, 

allí está la obra del poder de las tinieblas. 

La paz reina en el corazón del que vive en armonía con las leyes divinas. 

No hay paz donde no existe esa armonía… 

 

La paz es orden, armonía,  

tranquilidad, silencio. 

La paz es fruto  

de la perfecta sintonía de la conciencia, 

de la mente, de la voluntad 

del alma y del espíritu del hombre  

con Dios. 

Sólo esta sintonía es capaz de producir  

la paz verdadera 

en cada uno de nosotros, 

en la familia, en la sociedad, 

en cada nación 

y en todos los pueblos de la Tierra. 


 

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